Que existe rivalidade entre Brasil e Argentina, disso ninguém tem dúvida! Agora, torcer para que a seleção de Messi, Dibala e companhia, fique fora da Copa do Mundo da Rússia, passa um pouco dos limites! É claro que todos são livres para torcer contra qualquer um, mas preferir ver um Mundial sem um jogador da categoria de um Messi, eu não consigo entender. Aliás, essa pode ser a última apresentação do craque em Copas do Mundo.
Entendo que exista um contra-senso, pois, se a Argentina é tão rival assim, enfrentá-los na Rússia seria muito mais interessante do que pegar uma outra seleção sem o mesmo histórico de confrontos. Fico com a sensação de que os brasileiros têm medo dos argentinos.
Con nada más que humo, relato y coordinación, una izquierda decidida metió al gobierno en un brete del que no sabe cómo salir
La Operación Maldonado es una obra maestra. Con nada más que humo, relato y coordinación, el progresismo logró poner en jaque al gobierno y todas sus costosas estructuras, ramas, e instrumentos, encerrándolo en un brete en el que cayó estúpidamente y del que ahora no sabe cómo salir.
No hay un solo dato, fotografía, filmación, rastro, huella o testimonio que acredite que el tatuador errante Santiago Maldonado haya estado presente en Cuchamen cuando allí actuó la Gendarmería
La actual intendente de La Matanza, Verónica Magario, no asumirá su cargo de concejal luego de las próximas elecciones de octubre, continuando con el ejercicio de su actual cargo de gobierno.
Esto implica un nuevo caso de “candidatura testimonial”, es decir: un candidato se presenta a elecciones, capta los votos de los ciudadanos, y finalmente no asume las responsabilidades políticas a las que se comprometió.
Esta situación, ensucia la figura del “concejal”, en tanto; que agudiza la concepción de la gente acerca de que los políticos se comportan de manera apática, tratando con absoluta desidia las demandas ciudadanas y haciendo oídos sordos ante las necesidades de la gente.
Caídas las hipótesis delirantes que hicieron correr desde las usinas comunicacionales del Ejecutivo como que Maldonado estaba en Entre Ríos, lo apuñaló un vigilador, pasó a la clandestinidad para desestabilizar al gobierno o que lo llevó un matrimonio en una ruta, tuvieron que reescribir el guión.
La masividad de la marcha exigiendo aparición con vida y la instalación del tema en la opinión pública obligó a un cambio de estrategia.
Luego de la férrea defensa de Patricia Bullrich sobre la Gendarmería, hubo un viraje y comenzaron a reconocer que pudo haber “excesos”.
La desaparición de Santiago Maldonado ha desatado un debate que en los últimos días empezó a ensuciarse de manera imprevista. Mucha gente que, con todo derecho, siente la necesidad de apoyar a este Gobierno ha reaccionado a la defensiva y, tal vez tironeada por ese objetivo, empezó a confundir lo central con lo secundario.
El 1° de agosto, hace casi un mes, fue denunciada la desaparición de Maldonado. Desde entonces, el Gobierno no logró resultados en dos aspectos claves: no encontró al desaparecido, ni pudo ofrecer una explicación creíble, al menos hasta ahora, sobre lo que ocurrió con él.
Muchos son los que en esa plaza extraordinaria que es twitter, a la que acudimos un sinnúmero de seres en todo el mundo, y más de 6 millones desde Venezuela, están pendientes de la tragedia que vive este país antes conocido por sus mujeres hermosas, la bonhomía de sus nacionales y las inmensas reservas petroleras que le hacían el quinto país exportador de petróleo del mundo, con la primera reserva más grande de crudo pesado. Twitter convertido hoy en Venezuela en la gran tribuna de opinión libre en un país donde la libertad de expresarse y opinar murió junto con tantos otros derechos hoy inexistentes.
¿Cuándo empezó todo? ¿En qué momento el atropello se convirtió en un arma de guerra? Si se piensa en Europa –porque en Israel los palestinos ya lo habían practicado– lo que espontáneamente viene a la mente es el atentado de Niza del 14 de julio del año pasado. La noche de ese día, el tunecino Mohamed Lahouaiez-Bouhlel se montó en un camión y arrolló a la multitud que se congregaba en el paseo de los Ingleses a la espera de ver los fuegos artificiales con motivo de la fiesta nacional: mató a 86 personas e hirió a más de 300. El impacto, como era de esperar, fue enorme.
Michel Temer, el presidente de Brasil, teme acabar en la cárcel acusado de corrupción. Pudiera ser. Es la hora de la justicia y los Odebrecht de ese mundo están cantando La Traviata para reducir sus penas. La fantasía popular se imagina a Temer, Lula da Silva y Dilma Rousseff en la misma celda aportada por la operación policiaca Lava Jato.
Veamos, a brochazos, los antecedentes familiares-culturales de los tres expresidentes.